Cómo instalar una antena de televisión correctamente en tu vivienda

• 8 de junio de 2025

Imagina ese momento en el que decides apostar por una instalación de antena en Ferrol, quizás animado por la promesa de señal de alta calidad para no perderte ni un partido ni el episodio de esa serie que todos comentan en la oficina. Sin embargo, el desafío está servido: cables enredados, herramientas olvidadas, un par de tornillos demasiado pequeños y vecinos que miran con simpatía cómo conviertes tu terraza en el último set de una película de ciencia ficción. Nada más lejos de la realidad, instalar una antena de TV en casa puede convertirse en una experiencia casi épica, una aventura con menos dragones y más escalera, pero no menos satisfactoria al sintonizar ese primer canal.

El primer paso esencial está en visualizar dónde debe ir la antena. Los lugares altos mandan, la física manda y, aunque tu vena artística te sugiera lugares insólitos, la lógica te agradecerá que la ubiques en zonas despejadas de árboles, torres y, por supuesto, el tendedero de la ropa. Un buen sitio puede ser esa azotea solitaria que solo visitas para admirar la luna o, si eres de los que temen las alturas, cerca de una ventana alta. No escatimes en tiempo para elegir la posición correcta: recuerda que la señal no entiende de atajos.

Herramienta en mano, llega ese momento de desenredar cables y tratar de distinguir cuál es el destornillador Philips y cuál el plano. Hay quien sostiene que la verdadera madurez se alcanza al dejar de llamar “el de estrella” y “el chato”. En cualquier caso, asegurarse de contar con todos los materiales antes de subir a la azotea te evitará más viajes de los necesarios y, de paso, menos miradas curiosas del gato. Una buena fijación es clave: nadie quiere que la primera tormenta del año convierta tu antena en un proyectil aéreo. Aprieta los tornillos con energía (pero sin pasarte, que no es competición de halterofilia) y asegura cables para que no tengan ideas de danzar con el viento.

La orientación de la antena es uno de esos retos que separan al improvisado técnico del auténtico gurú televisivo. Aquí sí que la brújula de tu teléfono no es solo un adorno: apóyate en una app para localizar el repetidor más cercano o pide ayuda a algún “cuñado” que se sepa todas las coordenadas de memoria. Un pequeño truco: mueve lentamente la antena mientras alguien dentro de casa te avisa gritando ese clásico “¡ahí, ahí!… ¡No, espera, se ha ido la señal!”. El espectáculo está servido y, si además tienes un walkie-talkie, parecerá una misión espacial. Eso sí, si acabas con ganas de arrojar la antena al mar, toma aire: a veces, los mejores resultados llegan tras tres o cuatro intentos y algún que otro “bip” de la señal.

La conexión de los cables y el montaje en el interior requiere paciencia, buen pulso y no sucumbir ante la maraña que parece el último nido de gorriones empollones. El cable coaxial es tu amigo, y ese conector F, aunque traicionero si se atasca, es el héroe anónimo de la historia. Dedica tiempo a comprobar que todo encaja: vale la pena ese minuto extra frente a la televisión apagada antes de lanzarte a programar los canales y ver cómo tu pantalla cobra vida. Si tu vivienda es antigua y los enchufes o tomas parecen reliquias del pasado, deja que un profesional le eche un vistazo; a veces, las aventuras deben dejarse en manos expertas para evitar males mayores.

Si la palabra “interferencias” se convierte en tu pesadilla, cuidado con los aparatos eléctricos próximos, pues no son buenos compañeros de piso para la señal digital. Evita que la nevera o el microondas tomen protagonismo y regálales distancia social: tu televisor lo agradecerá. La costumbre española de poner la antena “donde se pueda” muchas veces ha dejado paisajes urbanos dignos de análisis sociológico, pero la clave está en buscar el equilibrio entre estética, funcionalidad y seguridad. Nadie quiere que la decoración exterior de la casa se convierta en tema de debate en la próxima junta de vecinos.

La sensación triunfal al conseguir una señal nítida es, sencillamente, de campeonato. Ya puedes llamar a la familia, presumir de tus dotes técnicas en la sobremesa o compartir en redes sociales el pequeño milagro doméstico: ahora formas parte de ese reducido club que domina el arte de la antena. Si algo sale mal o la señal juega al escondite más tiempo del deseado, no te preocupes: siempre habrá técnicos de instalación de antena en Ferrol dispuestos a devolverte el canal favorito justo antes del partido crucial. Con humor, paciencia y algún tutorial de fondo, el éxito está mucho más cerca de lo que imaginas.

Imagina ese momento en el que decides apostar por una instalación de antena en Ferrol, quizás animado por la promesa…