El secreto de un cabello radiante, productos Kérastase

• 20 de julio de 2025

Vamos a ser honestos: el cabello es mucho más que unos cuantos mechones que caen sobre nuestros hombros. Para muchas personas, es una extensión de su personalidad, un lienzo donde expresar su estilo y, a menudo, una fuente de seguridad en sí mismas. Un «bad hair day» puede arruinarte el ánimo, mientras que sentirlo sano, brillante y con vida puede levantarte el espíritu como pocas cosas. Yo misma he pasado por esas fases en las que mi melena parecía tener voluntad propia, rebelándose contra cualquier intento de peinado y perdiendo ese brillo que tanto anhelaba.

Fue en una de esas épocas de frustración capilar cuando una amiga, estilista de profesión, me habló por primera vez de los productos Kérastase en Cambados. Al principio, confieso que sentí cierta reticencia. Había probado tantas marcas, tantos tratamientos, que la promesa de una «transformación» me sonaba a más de lo mismo. Pero ella insistió, con esa convicción que solo tienen quienes realmente creen en lo que recomiendan. «Tu cabello merece un cuidado superior», me dijo, y con esa frase, despertó mi curiosidad.

Lo primero que me llamó la atención de Kérastase es su enfoque. No se trata de un simple champú y acondicionador. Es una filosofía de cuidado capilar que entiende que cada cabello es único, con sus propias necesidades y desafíos. Es como un sastre que te diseña un traje a medida, pero para tu melena. Sus gamas están formuladas para abordar problemas específicos: cabello seco, dañado, fino, con caspa, graso, teñido… la lista es interminable. Esta personalización es, en mi opinión, uno de sus mayores aciertos. No es un «café para todos», sino un tratamiento diseñado para ti, lo que aumenta exponencialmente las posibilidades de éxito.

Recuerdo la primera vez que fui a una peluquería en Cambados que trabajaba con la marca. La estilista hizo un diagnóstico exhaustivo de mi cabello. No se limitó a lavarlo; lo examinó, me hizo preguntas sobre mi rutina, mis preocupaciones, mi historial de coloraciones. Fue un análisis detallado que me hizo sentir que mi cabello, por fin, iba a recibir la atención que merecía. A partir de ahí, me recomendó una combinación específica de productos: un baño (así llaman ellos al champú), una mascarilla intensiva y un sérum para el cabello. Era una rutina de tres pasos, pensada para trabajar en sinergia y potenciar los resultados.

La experiencia sensorial también es un punto fuerte. Los aromas son exquisitos, sutiles pero envolventes, transformando una simple ducha en un pequeño ritual de spa en casa. Las texturas son lujosas, las mascarillas se sienten nutritivas al instante y los sérums se absorben sin dejar residuos pesados. Es un placer usarlos, y esa sensación de indulgencia contribuye a la constancia, que es clave para ver resultados. No es solo un producto funcional; es una experiencia de cuidado que mima tus sentidos.

Lo que realmente me sorprendió fue la diferencia visible en la salud de mi cabello. Al principio, noté una mejora en el brillo y la suavidad, como si cada hebra se hubiera revitalizado. Con el tiempo, mi cabello se sentía más fuerte, menos propenso a la rotura y con una vitalidad que no recordaba tener. Las puntas abiertas disminuyeron y el color se veía más vibrante. Es como si el cabello hubiera encontrado su equilibrio, su estado óptimo de salud. No era magia, era ciencia y formulación avanzada trabajando en perfecta armonía.

Detrás de cada producto Kérastase hay años de investigación y desarrollo en los laboratorios de L’Oréal. No es una marca que se base en ingredientes de moda pasajeros, sino en una comprensión profunda de la biología capilar. Utilizan complejos moleculares avanzados y tecnologías patentadas que actúan a nivel celular para reparar, nutrir y proteger el cabello desde el interior. Esa base científica sólida es lo que les permite ofrecer resultados tan consistentes y transformadores. No es solo una promesa; es una garantía respaldada por la ciencia.

A pesar de su reputación de marca premium, considero que la inversión en Kérastase es más que justificada. La concentración de sus fórmulas significa que necesitas menos cantidad de producto en cada aplicación, lo que hace que los envases duren más tiempo. Además, el ahorro a largo plazo en tratamientos de reparación o visitas frecuentes a la peluquería por problemas capilares, compensa el coste inicial. Es una inversión en la salud a largo plazo de tu cabello, que se traduce en menos preocupaciones y más confianza.

Mi cabello es ahora un reflejo de ese cuidado constante. Luce más sano, más brillante y con una vitalidad que antes solo soñaba. La rutina con Kérastase se ha convertido en un pilar fundamental de mi bienestar personal, una pequeña indulgencia diaria que me recuerda la importancia de cuidar de mí misma, empezando por mi melena.

Vamos a ser honestos: el cabello es mucho más que unos cuantos mechones que caen sobre nuestros hombros. Para muchas…